lunes, 3 de julio de 2017

El muerto(Parte 1 de ?)

Era la cuarta paja que me hacía mirando sus fotos, recordando los momentos en que hacíamos el amor, en que éramos felices, tratando de reemplazar la cara de su actual novio con la mía, imaginando que su sonrisa era para mí. Ya no soportaba la vida, mi se había convertido en un túnel, que recorrí pensando que al salir habría un lugar mejor, donde el Sol brillara y hubiera aire fresco, pero al llegar al final había una pared de concreto marcando el final del camino, y ya no podía volver atrás porque el techo se iba derrumbando a medida que avanzaba.
Cortarse las venas se sintió peor de lo que imaginé así que aceleré el movimiento para no arrepentirme, por suerte mi papá afila la cuchilla seguido.  Suelto la cuchilla cuando ya no siento la mano,  el dolor es indescriptible, pero nadie me va a salvar de esta, nadie va a la casa hasta dentro de siete horas, nadie  va a poder salvarme, solo queda afrontar mi destino en plena agonía, aunque el dolor físico apaga el otro dolor, eso es en cierta medida reconfortante. ¿Qué a qué hora pasó todo?
Cuando me corte las venas eran las 12 pm en punto, tengo una fijación con los números redondos, y no hay nada mas redondo que cortarse las venas a la hora exacta del mediodía. Aproximadamente  a las tres de la tarde fue cuando se presentó, (lo sé por el silencio reinante, muy típico de la hora en que mis vecinos duermen la siesta, hasta mis perras lo hacen, ya no las escuchaba ladrar desde afuera) la sangre en el cuchillo ya estaba seca, no podía hacer otra cosa que mover mis ojos, por momentos me desmayaba  o me dormía no sé,  no soy médico, solo puedo decir lo que sentía, seguro ya estás pensando que soy un idiota por no saber explicar lo que me pasaba, igual que todos a lo largo de mi vida que siempre tenían una razón para marcarme un error, parecía que lo disfrutaban, que esperaban ese momento con ansias, “Oh Franco cometió un error, voy a refregárselo en la cara, aunque eso no le aporte nada y no lo ayude a mejorar”, además, hay tanta información en el mundo con la internet, que prácticamente hasta respirar lo haces mal, hasta caminar, porque siempre hay gente dispuesta a decirte lo que ellos hacen bien y como todo el mundo deberían ser como ellos, hijos de puta, no quiero vivir en un mundo con ellos. Pero lamentablemente gracias a vos  mis deseos no se harían realidad. ¿No?
Ni suicidarse puedo ya, no puedo hacer nada sin que alguien venga y me diga que no, que haga esto otro. Sí, ya se entiendo los motivos, y sí lo voy a hacer, no por ganarme tu bendita redención, sino porque la idea de suicidarme era no joder a nadie más, y no me voy a poder morir tranquilo si sé que gracias a mi muerte van a morir otros.
Esta bien sigo con el relato:
Era la hora de la siesta y blablablá, a todo esto una sombra tridimensional atravesó las paredes externas de mi cuarto. Más allá de que sea asombroso atravesar paredes, también era asombroso porque vivo en planta alta. Pero a esa altura mi capacidad de raciocinio era pésima, todo era como un gran sueño, solo que estaba consciente de que no lo era, pero me dejaba llevar. Y la sombra se quedó ahí, se quedó y no dijo nada, sentado como un indio parecía esperar, y esperaba, de vez en cuando me tocaba, o pasaba sus extremidades por mi cara, extremidades  que aleatoriamente cambiaban de numero o eso parecía, tal vez hubiera un raciocinio detrás de todo eso, tal vez la agonía hacía de cualquier acto simple, onírico.
Así que no puedo asegurar si eran reales los dientes en sus extremidades o una lengua bífida tan larga que salía de su rostro hasta alcanzar mi cara.

Lo último que recuerdo es a esa cosa sacando fauces  de una cara que parecía lisa y envolverme en ellas y ahora estoy acá.

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