sábado, 18 de marzo de 2017

El villano soy yo (Primera parte)

No sé cuánto tiempo pasó, pero puedo sentir todo esta energía adentro mío,  los maestros dijeron que si me concentraba suficiente tiempo podría derrotar a los demonios que azotan la nación. Ellos ya eran demasiado viejos y no tenían el tiempo, en cambio yo soy joven,  tengo más predisposición a asimilar la energía del mundo, según ellos nací con un don.
Me encerraron en una cueva con la esperanza de que nadie interrumpiera mi trabajo, ni siquiera la legión de demonios., y funcionó, me dieron el tiempo suficiente, y ya me siento capaz de vencer a cualquiera.
Pero parece que llegué demasiado tarde, la aldea está hecha cenizas, ni si quiera hay rastros de los cuerpos, pero puedo sentir las energías, casi puedo oler la muerte, los llantos desgarradores y los gritos de los ancianos implorando a los dioses, no puedo sentir a mi familia, ni mi esposa ni mis hijos estaban en la aldea cuando esto pasó, pero tampoco siento que estén vivos, ni aquí ni en ninguna parte del planeta.  Los demonios habrán aniquilado tan rápido a los ancianos que nos les dio el tiempo de avisarme, y yo estaba tan ansioso por volverme más y más poderoso que no captaba otra cosa que el poder fluyendo hacia mí.
No pude escucharlos, no pude sentir su dolor, ellos me entrenaron para defenderlos y no pude rescatar a nadie, solo me queda vengarlos, masacrar a los demonios como si no hubiera un mañana, despedazarlos y asesinarlos con sus propios miembros mutilados, cortar los cuernos de su rey y usarlos para masacrar a su pueblo de violadores, con sus propios cuernos matar a su familia enfrente suyo, convertirme en su peor pesadilla. La palabra demonio ya no le dará miedo a nadie.

Los estuve buscando por todo el planeta, hasta debajo de los grandes mares, si no me equivoco han pasado trescientos años desde que empecé a buscar y nada, no hay nada, ni demonio ni nada, estos enfermos mataron a toda  criatura viva en el planeta, no dejaron arboles ni animales, ni bacterias ni parásitos. El planeta entero está seco y a punto de morirse, la perversión de estos seres no tiene fin, en estos trescientos años no vi llover, hasta ese punto arruinaron todo.
El planeta solo está habitado por las ruinas de las civilizaciones, muchas de ellas mas avanzadas que mi pueblo, con objetos que no llego a comprender que utilidad tendrían, con estructuras duras como la roca que llegaban hasta las nubes, y a pesar de todo, mi pueblo era la única barrera con el poder místico para frenar a los demonios, y al derrotarnos, todo el mundo sucumbió.
Me he dado cuenta que ya no necesito de comida para vivir, aunque mi mente fantasea con un buen plato de carne, pero es solo por un placer carnal al que todavía estoy atado por nacer humano, aunque mi conciencia ya pertenece a otro plano.
Incluso desarrollé la habilidad de trasladarme en el espacio con solo pensarlo, esto me fue muy útil para acelerar la búsqueda, ahora solo tengo que pensar a donde podrían haber ido los demonios después de esto, que mundo fueron a destruir después del mío, cual será del desafortunado, pero a la vez afortunado espectador de mí masacre.
Solo tuve que buscar donde se estaba moviendo la vida, y me moví allí, no sabía ni donde era ni que tipo de vida me iba a encontrar, pero era un comienzo.
Aparecí en un mundo lleno seres flotantes hechos de algo que me pareció espuma, una espuma que cambiaba de forma constantemente y de color, y que todos parecían cambiar de una forma aleatoria, no se porque se me ocurrió que esa podía ser su forma de comunicarse, mediante formas y colores, obviamente me iba a ser imposible comunicarme con ellos. Así que me eleve por encima y recorrí la superficie de ese lugar, al elevarme caí en la cuenta de que nunca había pisado ninguna superficie, mi cuerpo inconscientemente se puso a flotar, y estos seres vivían en un planeta gaseoso. Al que por lo visto yo era capaz de aguantar, mi cuerpo había superado límites que ni yo sabía que podía ni que necesitaba. Se adaptaba mis necesidades, había adquirido un subconsciente más allá de mi comprensión.
Nada en este mundo me parecía familiar, nada parecía servir a mis propósitos. Estaba por concentrarme para dirigirme al próximo mundo habitado cuando un ser  de diez metros mas o menos cayó del cielo y me pegó con con sus dos puños entrelazados. Caí, no sé cuanto, porque todo el mundo era igual, puras emanaciones gaseosas, pero igualmente estaba contento, al fin uno de mis enemigos mostraba la cara, la lujuria de la lucha contenida por tantos años al fin iba a tener salida, mi corazón empezó a latir alocadamente, una sonrisa sádica se dibujó en mi rostro, tensé todos mis músculos, y alcé vuelo.
En menos de dos segundo lo tenía de frente, era un ser como ya dije de diez metros de altura, con tres cabezas, dos que miraban perpetuamente a los lados y una que era la principal me miraba a mí, con rencor, las cabezas de sus lados eran las cabezas de un león y un águila, la cabeza delantera era la de un carnero, el cuerpo de un humano. Ninguna encarnación me podría dar tanto la certeza de que me estaba enfrentando a un demonio como si lo llevara tatuado en la frente.
_Exijo saber tu nombre antes de matarte
_ Soy Izcaal,-las tres cabezas movían sus bocas produciendo tres voces diferentes pero unísonas, solo que en diferentes tonos de grave y agudo, el águila tenía la voz mas aguda, el león la mas grave, no me sería de extrañar que tengan una relación de triítono entre ellas, el intervalo prohibido- y me enviaron para desterrarte de la existencia, ahora, solo tiene que saber, que esto pondrá en equilibrio al universo…
Una grieta se abrió en el aire, si se podía calificar aire a lo que llenaba ese planeta, de cualquier modo,  que fui absorbido, hacia otro lugar, con otras leyes.
Otra vez flotando, pero esta vez parecía estar en un lugar formado por creatividad pura.
Triángulos de todos los tipos y colores, pirámides flotando alrededor mío, cuadrados y cubos, todas las figuras con sus respectivas formas tridimensionales, bustos con expresiones de horror, bustos que intentaban seducirme con sus lenguas, piernas corriendo solas de aquí para allá, un hombre sin piernas reclamando a algunas de los pares de piernas que se detengan.
Un corazón gigante latiendo pero sin venas, chorreando su sangre por todos lados, cálida y refrescante, no sé si la sangre real se siente así, debería probarlo.
Me tome toda la sangre de ese corazón, su bebida me puso en un estado de éxtasis, donde asesinar y violar no me colmaban en absoluto,  supongo que fue alguno de los habitantes de ese mundo surrealista el que me envió de vuelta, la verdad no presté atención estaba cegado.
El éxtasis todavía me duraba cuando tuve enfrente de vuelta a Izcaal, no le dí tiempo a nada, para cuando se percató de mi regresó yo ya estaba encima de su cara, le arranque los ojos, uno se lo comí, y el otro se lo deje colgando, apenas servil para que pueda ver cómo le arrancaba su órgano sexual y se lo metía por la boca, se terminó muriendo de asfixia. En realidad solo una de sus cabezas, las otras dos siguieron chillando de dolor, supongo que solo hacía falta matar a una para que las otras dos quedaran inútiles, las podría haber dejado ahí, pero eran insoportables, arranque la cabeza muerta, esto las termino de matar a las otras dos, esta sería mi trofeo, seguramente los demonios seguían vivos y empezaban a enviar emisarios para matarme. Voy a coleccionar cabezas hasta que encuentre a su jefe, y las voy a colgar a todas en su nuevo mundo, donde sea que esté, y solo en ese momento, considerare honrado a mí pueblo.





domingo, 12 de marzo de 2017

Me olvidé

Era un 25 de Febrero cuando me levanté temprano para ir a trabajar, el viaje hasta capital no era muy largo pero sí tedioso.  Siendo un total de siete estaciones a recorrer, más luego un pequeño viaje en subte, lo más tedioso eran las personas. Irrespetuosas, capaces de crucificar a su madre por un asiento en esa imitación de camión con rumbo al matadero. Yo con estar parado al lado de la puerta recostado contra la pared ya era suficiente para mi alma azotada por látigos mentales.
Nunca llegaba con una sonrisa al laburo, por lo general hacían chistes sobre eso, a mí me tenían cansado, lo importante era que fuera e hiciera mi trabajo, a la computadora no le importaba si cuando apretaba sus teclas lo hacía con una sonrisa o con el ceño fruncido y resoplando cada dos minutos y con gestos de cansancio.
Pero hubiera deseado que la expresión con la que me recibieran ese día fuera de burla por mi aspecto. Más bien me ignoraron primeramente, lo cual yo agradecí porque pensé que ese día me salvaba de azote. Pero luego ellos entraron y yo quise entrar atrás suyo para fichar y todos se dieron vuelta en seco mirándome extrañados, sin prestares atención les pedí permiso para poder fichar. Pero el más grandote de mis compañeros me tomo de mi mano, la que ya tenía el pulgar levantado y me dijo:
_ Disculpe señor ¿Se le ofrece algo? El horario de atención empieza a las once horas.
Yo obviamente pensé que me estaban tomando el pelo o no sé que pensé, ante cosas así no suelo reaccionar directamente porque no les quiero dar el lujo de ver cumplido su cometido pseudo- chistoso de mono prefabricado por la televisión.
Con un movimiento en seco solté mi mano, volviendo a acercarme al fichero.
Mi compañero esta vez me tomo de los hombres con tal fuerza que me direccionaba lenta pero eficazmente hacia la salida, y con tal calma que nadie podría culparlo de agresión. De la que sí me culparían a mí,
_ Dale pelotudo que mierda te pasa, deja de joder la concha tuya.
Parecía un trapo tonto y retrasado intentando zafarme, para cuando me solté no fue por mí, sino porque mi compañero usando mi propia fuerza me dio un ligero empujoncito y me caí de boca al piso, cerrando la puerta tras de sí.
Mi nariz y mi boca sangraban, saborear mi sangre me hizo llenar de resentimiento y empecé a darle patadas a  la puerta, gritando:
_Déjenme pasar la concha de su madre, vos Fede  sé que estás ahí, abrime la puta que te pario, no me vas a robar el laburo como hiciste con todos. Dale forro abrime o te juro que te reviento el auto, te lo quemo. TE LO QUEMO EH!!! ABRIMEEEE… hasta que dí una arcada del esfuerzo.
Eso me hizo caer en la cuenta de que así no iba a lograr, a lo sumo tenía que ir a la sede del sindicato para denunciar a estos corruptos hijos de mil puta por despido sin causa.
Les voy a hacer un juicio, voy a arruinarlos, especialmente a la puta de mi gerenta que me forreo todo este tiempo, les voy a sacar toda la plata, voy a inventar injurias para sacarles lo más posible para que terminen en la calle como pretenden que yo termine. Pero yo no, yo soy más fuerte, nadie me vence, voy a escupir sobre su pobreza.
Pero primero tenía que volver a mi casa a ducharme, necesitaba estar presentable para  ir al sindicato. Y hablar esto con Lucía seguro me va a hacer bien, ella siempre me da buenas ideas, me sugiere cosas que a mí no se me hubieran ocurrido.
Como esa vez que me sugirió pasar mi lesión de tobillo como un accidente laboral, que teóricamente me habría ocurrido bajando del tren en el tumulto, cuando en realidad me pisaron jugando al futbol.  Pequeñas cosas pero que me alivianan bastante, porque pensé que iba a perder el trabajo por inútil, y al final ellos me tuvieron que pagar la rehabilitación y yo como pancho en mi casa con mí cogiendo todo el día.
Sí, ella va a saber ayudarme, y sobre todo, va a compartir mi sentimiento de venganza, no, más bien, de resarcimiento.
Esta vez el viaje de vuelta a mi casa es tranquilo, obviamente a esa hora nadie se va de capital, así que aproveche a dormirme una siesta, me despeine, y aparte como hacía calor, me compre una botella de agua solo para tirármela en la cabeza. Al llegar a la esquina de mi casa ninguno de los vecinos chusmas me interrogó por verme a esa hora, solo me miraron con cierta mirada de extrañeza pero por suerte a ninguno se le ocurrió hablarme, solo tenía ánimos para mi novia.
Pero  por lo visto ella no tenía ánimos de mí, ya que estaba con la cara apoyada contra la pared con un vecino atrás suyo, Pablo, era muy obvio como siempre la miro a mi novia, pero nunca hubiera sospechado que ella le siguiera el juego, siempre creí en ella como la muestra de pureza más grande en el mundo.
Esto era demasiado, primero mi trabajo y luego esto, me podrían dar una cachetada que no reaccionaría, estaba bloqueado, todo sucedió tan rápido, que para cuando quise acordar había degollado a Pablo, y la tenía a Lucía abajo mío, con mis rodillas a los lados de su cara y una cuchilla rodeándole cariñosamente el cuello, acariciándola como mi último acto de amor hacia ella.
Lo que primero parecía un grito lejano, pensé que era un vecino gritando alarmado, pero cuando la realidad fue ganando nitidez para mí, bajé la mirada y me di cuenta que la que gritaba era Lucía, que llorando, no dejaba de decir:
_ ¿Quién sos? ¿Por qué haces esto? No te conozco, ¿Qué te hicimos para merecer esto? Por favor no me mates, hago lo que quieras pero no me mat…
Con un movimiento casi reflejo ante la maraña de sinsentidos que decía mi compañera de vida, mi brazo acabo rápido con su garganta y su vida.
No me molesté en arreglar la escena, la de las buenas ideas siempre fue Lucía, y tampoco quería, con que necesidad, por más que logre escapar ya no tengo ningún propósito en la vida, todo lo que quería se fue, no tengo trabajo y asesine a dos personas. Lo único digno que podía hacer era llamar a mis padres para que se enteren por mí y no por unos periodistas sensacionalistas que me harían quedar como un enfermo, cuando la enferma es la sociedad, podrida hasta la sien, que me llevo  a hacer esto.
_Hola má, mate a lucía má, le corte la garganta y también a su amante, mi vecino Pablo, el que vino a tomar mates a veces cuando estábamos nosotros, a él le arrastre el cuchillo por la columna, en realidad no se ni como lo hice, solo se que tiene un tajo vertical a lo largo de toda la espalda y lo suficientemente profundo para que todavía no le deje de burbujear sangre. Estaba en trance ma, por favor, solo imploro tu perdón.
_ ¿Luciano?
_No ma, soy fer, que pasa no me reconoces
_ No tengo ningún hijo fer se debe haber equivocado de numero
_Pero mama que te pasa
No me dio respuesta, ya había colgado.
A medida que hablaba había escuchado los gritos de los vecinos, decidí salir, total, no me iba a oponer a mi arresto. En el medio de la calle de tierra, todo ensangrentado era todo un espectáculo, me saque la remera, hacía calor y la sangre me empezaba a incomodar.
El patrullero llegó, los oficiales pasaron al lado mío, en unos minutos cercaron la escena y se llevaron los cuerpos en una bolsa. Pasaron cuarenta minutos y nadie me decía nada.
Hasta que un oficial me dirigió la palabra, cuando  vi que el uniformado se acercaba a mí para hablarme casi que me alegre porque sabía que mi castigo y posterior redención llegarían. Pero solo dijo
_ Señor por favor, aléjese, hubo un crimen aquí y el asesino anda suelto, refúgiese en su casa, es lo mejor.

El oficial siguió apartando a los chusmas del barrio, y a lo lejos vio como el individuo sin remera doblaba en la esquina y se perdía.